De retorno y después de varios
Traspiés las horas ya
no eran tales,
Me encontré Con tus
vidas
Eran diez, Cada una un mundo,
Un océano
Derramado en cada vida,
En ellas habita un universo,
No hay límites
En sus dimensiones, pero todas
Se comunican
En perfecto orden interior,
Que Equilibra las fuerzas
Que habitan tu universo,
Tus dedos
Diez arqueros prestos
Arrojar la flecha que dará
En el centro y
Solo cuando domines el arte de respirar,
Serás otro, de lo contrario
Seguiremos siendo los mismos
Sin cambio en nuestras afueras,
Sin poder coronar la cima…
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