De tus cenizas renaces
Cada eternidad iluminando,
El mundo interior de los Elegidos,
Que saben que no mueres,
Que vives en cada esperanza,
Esperando anidar y continuar
En la inmutable rueda de la vida,
En el flujo y el reflujo de los días,
Que pacientes hacen filas esperando
Tu llegada, cual reloj de inaccesible arena
Que se derrama en el cosmos,
Bebiendo de la fuente eterna
Te alimentas cada día,
Con esperanzas renovadas
De seguir remontando las alturas
Del ser, que espera tu llegada
Para renovar sus ropajes e ilusiones,
En cada nuevo renacer vuelven
A caer las Eternas Plumas, esperando
El fuego purificador, que hace
De las sagradas cenizas de tu ser,
El nuevo plumaje del hombre Nuevo.
(Equinoccio Otoñal 2011)
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