A tus ojos llegue acostumbrarme,
De tu silueta me hice cómplice,
Con tus manos llegue aferrarme
Al timón de la vida, pero
Olvide tu rostro, cuando
La vida se nos fue en un instante, y
A tus pies se puso el mundo,
Cuando las heridas abiertas,
Se tornaron caminos sinuosos,
Cuando mi pasión y tu olvido no se reconciliaron
En la danza eterna del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario