Quiso el Celestial Padre
Que una Virgen Madre
Fuera el regazo de su hijo amado
Un niño adorado,
Para redimir todo pecado,
Dispuso el padre su divina voluntad
Para que el niño naciera
Y su amor resplandeciera
En la humanidad,
Vino este niño al mundo
Con el pan de vida eterna
Para iluminar toda oscuridad,
Para rebozar con humildad
A los que en el
creyeran,
Este niño amado
Sería la luz del mundo,
La puerta de los hombres
Y la verdad en sus corazones,
El divino padre dotó al niño
De dos trajes de luz
Que a todos vislumbró,
Uno de divina
naturaleza
Y otro de humana
belleza,
Dispuso también el Divino Padre
Cuando el niño naciera,
En el cálido portal aquel
Fuera llamado por todos, Emmanuel.
"He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre Emmanuel, que interpretado es: Dios con nosotros."
Mateo 1:23