domingo, 8 de noviembre de 2009

Renacer


En mi corazón se prendió tu amor,

Para ensoñar la Emoción

de nuestros días lejanos,

También cercanos,

No pudieron las sombras

Cubrir tus luceros con el velo

De la ilusión incierta, casi muerta,

Moribunda y taciturna,

Por los dardos impuros de la pena pasajera,

En el laberinto de tus cabellos,

Me encontré a solas

Con tu silueta yerta,

En el glacial de nuestras eras

Quedo el desamor cadáver,

Inerte de tus besos de tus manos

De las mías, las nuestras atadas

A la rueda de la vida, a mi sangrante herida,

Menguada mi tragedia,

Vencida por el Aquiles de tus besos,

En la batalla de nuestros días

Renacemos como la llama del ave inmortal

De fuego y luces multicolores.